
Hoy hemos rescatado un proyecto de Alvaro Siza para las piscinas de Leca da Palmeira, donde nuevamente Siza recibe un roquerío, aunque esta vez con una misión diferente.
Para permitir que las personas se bañasen, lo único realmente necesario era contener y apaciguar las aguas, cosa que el arquitecto consigue levantando pequeños muros verticales entre las rocas que permiten que el agua se acumule y no escurra.
Pero son los pequeños detalles los que importan. Porque no construye todos los muros que puede, sino sólo los imprescindibles, valiéndose de las rocas para que realicen el trabajo restante.Y yo no llamaría a esto minimalismo, sino sentido común, consciencia de escala, por último, humildad.

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